De la misma forma que el calamar eyecta su chorro de tinta para desorientar y escapar de sus perseguidores, Artur Mas ha sacado a pasear su fantasma de la independencia para desorientar a sus oponentes e intentar que mirando hacia la independencia, los catalanes no miren hacia el caos económico generado en la autonomía catalana.
Si todos se quedan mirando la tinta, nadie se ocupará de lo que se esconde detrás. Es una habilidad del nacionalismo catalán.
Lo curioso es que esa tinta esté siendo aprovechada con fruición por prensa escrita, radio y televisión. De hecho estoy convencido que si nadie le hubiese hecho eco, el asunto estaría olvidado. El locuaz Mas ha conseguido que todo el mundo mire la tinta expulsada y nadie observe la ruinosa charca en la que ha conseguido embarrancar a Cataluña.
La paradoja del catalán
En un pasado no lejano, Cataluña tenía serios problemas con sus infraestructuras de energía eléctrica.
Todavía recordarán los empresarios (especialmente los del Bajo Llobregat o en la comarca del Besós) los problemas derivados de los frecuentes cortes de suministro debidos a lo precario de las instalaciones, y que en la ciudad solían causar deficiencias en alumbrado público y zonas de la red del Metro, por breves que -en ocasiones- fueran esos cortes.
Por aquellos entonces, el nacionalismo catalán (CIU) cohabitaba con el PSOE (aunque aparentemente gobernaban en coalición con otros) que estaba sentado a los mandos del Estado, y los asuntos de la energías del Estado eran gestionados por un cordobés de apellido Montilla y ubicado por su partido como «ministro de Industria» en aquella época. Aún se recuerda que cuando los catalanes exigieron una solución a sus problemas de infraestructura para el transporte y distribución de energía eléctrica, el cordobés les prometió una solución. Antes de dejar el cordobés su ministerio, Gas Natural lanzó una OPA hostil contra Endesa y de ésa acción trascendió que la principal accionista de Gas Natural era la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, más conocida como La Caixa. Poco antes de la OPA lanzada en presencia del cordobés que actuaba como ministro de Industria, se supo que La Caixa acababa de condonar los 6,4 millones de euros de los intereses de demora de un préstamo vencido en 1994… al partido del señor Montilla, y renegociada la deuda del principal (siete millones y pico de euros) al 3% durante 15 años. Poco después, el señor Montilla «resultó elegido» presidente de la comunidad autónoma de Cataluña donde permaneció entre 2006 y 2010. Y las infraestructuras eléctricas de Cataluña seguían sin ser actualizadas plenamente.
Esta pequeña anécdota de las vicisitudes eléctrico-políticas del pueblo catalán quizá sirvan para comprender que -como en cualquier sociedad- una cosa es la clase dirigente catalana y otra el pueblo catalán. Y debe servir para que nos cuidemos mucho de no caer en la perversidad de quienes intentan convencernos de que la actitud del pueblo catalán es igual a la de sus gobernantes. En el pueblo catalán, como en cualquier pueblo, sus gentes consideran ideas que no siempre son coincidentes.
Respecto de las reivindicaciones lingüísticas, durante decenas de años, muchos catalanes han deseado que su lengua materna se mantenga viva. Como cualquier español, sea de la comarca que sea, debería desear que ninguna de las características del pueblo español se pierda. Franco intentó que algunas de las lenguas que se hablan en España desaparecieran, en un estúpido intento de intentar borrar lo más sagrado que podemos tener, que es nuestra propia identidad. Y lo intentó también con el catalán, aunque afortunadamente no lo consiguió. Como contrapartida, apareció una fuerza equivalente pero de signo contrario, de la que, en el caso del catalán, se erigieron como guardianes los nacionalistas de Cataluña.
A diferencia del modelo liberal, que buscaría proteger y mantener la lengua materna frente a cualquier adversidad, los nacionalistas siguieron el modelo fascista promoviendo la imposición en lugar de la protección. Los nacionalistas habían descubierto un filón para mover a sus bases, y de paso dejaban flotar la idea de la independencia.
Que es tinta de calamar, estoy totalmente de acuerdo. Pero la «tinta» no la ha fabricado Mr. Mars. Se la han dado hecha para que él la suelte. Para distraer al personal de la que está cayendo en España, desviar la atención del crimen económico que se está perpetrando. Y con el acompañamiento en perfecta sinfonía de todos los medios de comunicación. Todos sabemos quién mueve la batuta.
Me hace gracia ver a antisistemas, gente de izquierdas, socialistas … apoyando al señor Mas, es mas, la propia señora Rahola ha dado su apoyo incondicional a este caballero, la bajada de pantalones ha sido grandiosa, como esta señora tambien hay otras personas (no recuerdo nombres) que apoyan al presindente catalan… que sigan repartiendo su escoria en «la Noria» de telecinco.
Soy defensor del derecho de autodeterminacion pero la derecha catalanista y la españolista defienden los intereses de la misma clase, solo hay que recordar al señor Cambó con su proyecto de estatuto de autonomia para Cataluña y posteriormente en la guerra civil las aportaciones economicas que hacia al bando de los «nacionales»… La historia no se repite y si se repite es como farsa, algo asi dijo un tal Marx…
CiU dentro de poco dejara su afan independentista, pactará con PP de Madrid y dejara a ERC con el culo al aire. Todos han hecho lo mismo, si no miremos un poco para atras con Pujol (pronunciado con /y/)
Con la crisis economica y la «decadente clase politica» todo vale para tapar lo mal hecho y que podamos seguir votandoles un dia cada 4 años.
Saludos.
Tengo la sensación de que o te has dejado la mitad del artículo sin escribir o es que me ha sabido a poco.
Ya nadie se acuerda del 3% de Pujol (pronunciado con jota) o del hundimiento del Carmelo, o del… Las hemerotecas están para eso y la tinta del calamar y del pulpo sirven para despistar al contrincante.
Un abrazo