El vocabulario B consistía en palabras que habían sido construidas deliberadamente con propósitos políticos. Es decir, palabras que no solamente tenían en todos los casos implicaciones políticas sino que además poseían la intención de imponer una deseable actitud mental en la persona que las utilizaba
George Orwell «1984»
Parodiando al cuento de Andersen El traje nuevo del emperador, y sustituyendo en este caso al pueblo por el emperador, podríamos decir que nos han vendido un traje que no existe, pero que solo puede verlo todo aquél que no sea estúpido y el que es capaz para su cargo, y el pueblo hemos salido a pasear en bolas, convencido de que el traje existe y que aunque los demás no lo vean, nosotros lo vemos porque nos negamos a ser considerados estúpidos o incapaces para el cargo de asesor, excelencia, viceexcelencia, etc. De tal modo, si Pedro Sánchez, ha dicho desescalada, es que la palabra solo pueden asumirla y utilizarla quienes no sean estúpidos y sean capaces para cargas «de confianza», y todo aquél que la desconozca o no la emplee será catalogado como un estúpido e inepto.
Nadie quiere reconocer que la palabra no existe, y todos se visten con ella con entusiasmo y dedicación, especialmente los medios de opinión, preocupados por no ser considerados mermados o desafectos… y por la opípara limosna.
La Neolengua que anunciaba Orwell, se ha retrasado un poco pero llega con fuerza. Basta que este gobierno rebosante de mentes privilegiadas y científicos de alto nivel diga el palabro y ya se repite cual salmodia por doquier. Nadie se inmuta. Ni periodistas a los que se supone una formación algo más avanzada en lengua; todos acogen la palabra con maternal arrobo y luego la repiten con alborozo para dejar constancia ante el pasmo y asombro de la sociedad, de su capacidad de Obediencia.
Nadie ha escalado nada. Si se refieren a unas cifras que varían, podrán crecer, aumentar, subir, y hasta registrar progreso, bueno eso no, que puede interferir con la palabra progresista en la mente del oyente. Y cuando el valor tome el signo contrario podrá decrecer, disminuir, bajar, pero nunca desescalar.
Recurrir al neolenguaje orwelliano lleva a pensar, a riesgo de cometer un crimental (crimen mental), que existe la necesidad de influencia ideológica en el pueblo. Al igual que rehuyen emplear la palabra muertos (son fallecidos y cualquier día los llamarán Novivos), con la palabra desescalar transmiten la idea contraria al esfuerzo, a relajar una tensión, dejando creer que el virus fuese a extinguirse por arte de magia.
La asociación palabra – idea es uno de los objetivos del neolenguaje, como forma de limitar el pensamiento.
Si la tentación de imitar al Matías Martín, hacedor de palabras de La Colmena, viene por haber escuchado hablar de magnitud escalar, podrían recurrir a alguno de los científicos de élite que asisten a sus excelencias y viceexcelencias, y quizá, probablemente, les asesoraran diciendo que si la rayita que quieren pintar, además de magnitud, quieren que tenga dirección para que haga curvitas, pues que ya no es escalar. No. Eso se llama vectorial, con lo cual el palabro de Matías Sánchez pues tampoco se encaja ni a martillazos.
Un comentario inteligente y acertado , entre el desvarío lingüístico ideológico de nuestros dirigentes. Claro que siempre querrán inventar palabras , que solamente sus adeptos ideológicos les alabarán . Y hasta a buenas escritoras como Almudena Grandes , sus ideas le dirigen la pluma gramáticalmente , leyéndola un día ensalzar la palabra portavoza como un cambio más acorde con la igualdad femenina de la sociedad actual .
La izquierda no solo representa lo mejor en política, según ellos ,también en otras disciplinas como la Gramática, a la que el progresismo cutre de la izquierda, está usándola a su antojo , sin respetar sus reglas .
Me ha gustado muchísimo 🤗🤗🤗❤️👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻
Desgraciadamente el pueblo soberano ha decidido optar por la oclocracia, y la indigencia intelectual promueve la admiración y fascinación por lo cutre. Gracias por tu comentario
Pero lo que sí hay que reconocer es que saben construir un mundo de yupi fácilmente asumible por el rebaño, porque el palabro suena muy bien, de ses ca lar, aunque le encuentro un cierto parecido a la palabrica murciana «escalabrar», que es partirle la crisma a alguien.