Estrategia ante la amenaza del CoVID-19

«Cuando un Estado quiere definir una estrategia para la prevención o neutralización de una amenaza, con el propósito de defender sus intereses, utiliza su servicio de Inteligencia, que se encarga de proveerle de conocimiento para que pueda entender la amenaza y decidir su actuación.»

Pues haga usted lo mismo, use su inteligencia para neutralizar la amenaza

Quizá en estos días se ha preguntado, con el ánimo encogido, si el próximo verano estará vivo o no. Años atrás, por estas fechas, o incluso hace unas semanas, y salvo que tenga usted una enfermedad o lesión importante, es poco probable que usted se hiciera ese tipo de pregunta ¿verdad?. Su percepción de seguridad ha cambiado. Pero recuerde que la seguridad no es más que una sensación, que fluctúa según la información que manejemos.

Nada peor cuando uno está bajo una amenaza de la que ignora absolutamente todo, que el que te inunden de “información” al tiempo que ves que sigues sin saber realmente nada de esa amenaza. El desconcierto está asegurado. Y de esta pandemia parece claro que la información es hoy casi inexistente.

En esta pandemia que sufrimos, antes que dejarse llevar por el miedo o quizá el pánico, conviene que racionalice algunos aspectos. Por ejemplo, no todas las noticias que le llegan son información; ni siquiera los datos oficiales relativos a contagios, porcentajes, evolución, etc. porque no pueden serlo. Distintas formas de recoger los datos, de clasificarlos o simplemente de contabilizarlos alteran la realidad. El razonamiento matemático demuestra que muy probablemente el número real de contagios es bastante superior al que se cree, y debido a ello, la tasa de letalidad es mucho más baja de lo que se dice ahora.

Sin duda habrá escuchado decir que la seguridad 100% no existe en ningún ámbito, y es cierto, usted puede sentirse más o menos seguro en función de como perciba las amenazas de las que tenga conocimiento. Hasta ahora usted se sentía confortable con las amenazas de las que tenía noticia, debido a que las percibía de baja intensidad y además de corta o muy corta duración, lo que facilitaba que fueran almacenadas en el desván de la subconsciencia. El nivel de su percepción de seguridad era aceptable. Uno tiende a sentirse cómodo cuando se siente seguro, sin caer en la cuenta de que ambas sensaciones juntas son la antesala de la vulnerabilidad.

Si usted vive en España, posiblemente haya olvidado totalmente que va ya para ¡cinco años! que está viviendo una «alerta antiterrorista» de nivel 4. Es poco probable que cuando sale de casa, usted esté alerta porque le preocupe su salud o por el riesgo de sufrir un accidente o asalto. A la amenaza de un accidente de tráfico, un infarto, un terremoto, un navajero ocioso, un maltratador, un psicópata con tintes yihadistas o sin ellos, una simple maceta que se cae de un balcón, un error sanitario, una comida en mal estado, o la clásica muerte súbita, ahora se le ha añadido otra más. Es decir, que en cuanto a la existencia de amenazas, poco ha cambiado dado que el número de amenazas a nuestra vida es prácticamente infinito. Entonces ¿qué tiene esta amenaza de distinto? pues que le resulta imposible encajarla como las otras, en la rutina de lo que usted concibe como seguridad.

¿Cuál es la diferencia entre este mes de marzo y el de 2019? Pues son varias, aunque no tantas. Una de ellas que entonces nadie le contaba a diario el número de enfermos y de muertos. Entonces no le llegaba a usted ese tipo de “información”. Por esas fechas usted “ignoraba” que por ejemplo, hablando de muerte, en la Comunidad de Madrid o en la de Cataluña morían en ese mes 1375 y 1848 personas, respectivamente por todas las causas y rango de edades y sexo.

Para quienes vivimos en España, la sensación por la pandemia es de irrealidad; nuestra mente se niega a aceptar que esté sucediendo, en lo que parece ser una reacción institntiva de defensa. Existen centenares de miles de personas para las que ser diezmadas a diario por enfermedades contagiosas es algo natural desde que nacieron. Pero para nuestra percepción forman parte del mundo que “no existe”.

Ante la evidencia de una amenaza, procure utilizar únicamente información, y en su defecto racionalice, no especule ni se deje especular, y elija bien: comodidad y seguridad están enfrentadas. Si elige seguridad debe aplicar un método eficaz de protección y, sobre todo, aquel que ya se sepa efectivo. Para ello, y a fin de conseguir algo más de conocimiento, y por tanto, información para que usted pueda valorar el riesgo, le dejo este enlace que el Washington Post ha puesto a disposición del mundo en el que explica de forma clara, para que los legos podamos entenderlo, el efecto de algunas medidas de protección que se muestran eficaces.

Recuerde: en situación de riesgo, deje su comodidad a un lado.

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Una respuesta a Estrategia ante la amenaza del CoVID-19

  1. Luisito dijo:

    Muy bueno Juanlu.

    Enviado desde mi tableta Huawei

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