MujerTrampantojo

MujerTrampantojo: La mujer que mediante trampa o ilusión engaña a alguien haciéndole ver lo que no es

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Decididamente, nos gusta que nos engañen. Si, nos obstinamos en afirmar lo contrario, pero los hechos demuestran que nos encanta que nos mientan.  Si no nos encantara que nos mientan, ¿cómo explicar esa atracción generalizada por las mujerestrampantojo, especialmente por parte de los hombres?.

La mujertrampantojo oculta/cambia el color de su cabello, o lo moldea para variar el aspecto del contorno de su rostro. Las pestañas son alargadas o resaltadas y los ojos pintados de forma que su expresión parezca diferente. Las ojeras y arrugas son manipuladas mediante maquillaje hasta el punto de hacerlas invisibles. Los labios son pintados para modificar la apariencia de su forma y tamaño. Mediante variados aparejos modifica el aspecto de su pecho, procurando apariencia de distinto volumen y liberación de los efectos gravitatorios. Lo mismo sucede con los glúteos. Y qué decir del calzado, con esa especie de coturnos a los que se suben las señoras cuando insisten en engañarnos sobre la estatura o la forma de la pierna. O cuando embuten en asfixiantes fajas-mordaza las grasas que dilatan su cintura. Por no hablar de esos cirujanos capaces de conseguir que a una señora no la conozca ni la madre que la parió (que ya los hubiese tenido Al Capone).

Nuestra farisaica sociedad es capaz de combinar al mismo tiempo la encendida defensa verbal de la dignidad de la mujer y lo contrario: unos hechos que tienden a sostener toda la parafernalia que coadyuva a imponer socialmente  como canon de mujer a esos elaborados trampantojos.

Los programas de TV -en general- excluyen a las mujeres no camufladas y ensalzan y estimulan como un arte la falsedad y el engaño con androides (ginecoides para el personal progre) que hacen la mueca de la sonrisa con unos piños como un anuncio de Titanlux Blancolor emplazados dentro de bocas-serón de diámetros imposibles. De hecho existen programas dedicados especialmente al culto del engaño y la falsedad  ¡y hasta en la TV pública!

Lo malo de todo esto es que deja en muy mal lugar al hombre capaz de dejarse subyugar por esas artimañas tan simples. Bueno, igual de simple que la mente de un hombre, a fin de cuentas. En casi todas las especies animales existe un cortejo basado en las apariencias y, básicamente, eso es lo que somos.

 

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