No sé si habrá usted reparado en algunos detalles pequeños, de esos que están tan a la vista que casi no nos llaman la atención.
En este caso me refiero al mundo de los chinos.Aunque creemos verlos -aparentemente por todas partes- en realidad no es así. No es cierto que los veamos en todas partes.
¿Ha visto muchos chinos en algún hospital o clínica? ¿En algún «centro de salud»?
¿Y en una farmacia? ¿Quizá en algún herbolario? (y eso que ejercitan la medicina natural)
¿En el banco, realizando pagos o ingresos o solicitando crédito?
¿Solicitando o percibiendo alguna subvención de la Administración a cualquier nivel?
¿O comprando en alguno de los establecimientos donde habitualmente compra usted?
¿Ha visto muchas lápidas en los cementerios civiles?
¿Coinciden con usted en el taller de reparaciones de su concesionario de automóviles?
¿Los ve viajar en trenes de medio o largo recorrido? ¿En autobuses interurbanos?
¿En lugares de ocio o simplemente en los parques «pasando el tiempo»?
Y sin embargo están ahí.
En el pasado íbamos por las calles pidiendo limosna para las misiones que -nos decían- ayudaban a los chinos. Poco después de eso ya tenían la bomba atómica y hoy nos compran la deuda, que ya veremos si somos capaces de pagar. Forman una especie de universo paralelo al nuestro, pero ni ellos pertenecen al nuestro, ni nosotros al suyo. Lo que ellos hacen es nutrirse de nuestra actitud. Por el contrario, nosotros ni siquiera somos capaces de intentar aprender de ellos, aunque sólo fuese observándolos.
Creo que a nadie se le escapa que a principios del siglo XXI para convertirse en una potencia económica no es conveniente seguir el modelo español. En los chinos podemos observar como no con mucha menos palabrería que nosotros, sino sin palabrería alguna y sólo con hechos, puede conseguirse un objetivo… que merezca la pena, naturalmente.
Pero también es cierto que ellos no disponen del Estado del Guayestar que disponemos los españoles, ni disfrutan de nuestro nivel de vida con tantas vacaciones como nosotros, ni saben salir de marcha con la peña, ni saben cogerse puentes.
Hace tiempo lei las declaraciones del presidente de Mercadona, decia que para salir de la crisis habia que trabajar mas (entre lineas se podia deducir que quiso decir «y mas barato») y sacando la perla de los chinos. Si quiere que trabajemos barato, la esclavitud al fin y al cabo es una forma de trabajo pero que un 60% de sus bienes pasen a manos del Estado, si queremos el sistema chino que sea total, con sus cosas buenas y malas…
A las preguntas que propones a muchas puedo decir si, ya que vivo en una medio ciudad pequeña y nos conocemos todos (hasta los chinos jeje)
El problema del sistema español es que gente como el presidente de Mercadona, quieren competir cuantitativamente con China y eso es imposible, por mucho que se lo propongan. Si que podemos competir cualitativamente con Alemania, Inglaterra etc pero aun no nos entra en la cabeza.