Como habeis sido buenos, aquí va la tontería esa que tanto os gustó. Besazos
Erase una tarde en Vera,
brillaba el sol en la playa,
cuando de repente el viento
me levantó la toalla
Joder… que viento tan fuerte
le comenté ala Paka
y cuando quise echar cuentas la sombrilla se volaba.
Paqui, Paqui… yo gritaba, al ver que nuestra sombrilla se nos hincaba en las nalgas.
de repente un bañista, con gorro, gafas y chanclas
se nos acercó solícito, con la cara sonrosada.
Ay zagalicas…nos dijo
que la teneis mal hincada
que con estos vendavales lo mejor son las hamacas.
La sombrilla hecha una mierda,
nosotras acojonadas,
y pensando que el bañista era un “chulillo de playa”.
Gracias señor.. le dijimos, con sonrisa descarada
y a la mañana siguiente…haciendo caso al “mandarra”, decidimos al unísono, alquilarnos las hamacas.
Cojona… que diferencia,
que bien que se está tumbada
sin arena en la entrepierna
y con el viento en las nalgas.
A eso del medio día,
cuando el Lorenzo apretaba,
pensamos que sería bueno pegarnos unas brazadas
y con valentía y arrojo nos metimos en el agua
joers, cuantas piedras hay… y que cantidad de algas
y entre una ola y otra, apareció el hombretón de la mano de una dama.
Con el agua por los pechos y bricando como cabras
nos saludamos diciendo… “que fresquita que está el agua”
y así, entre pechos y frescuras hicimos una amalgama.
Les contamos que allí mismo, a unos metros de la playa, había un chiringuito, con música no muy alta, en el que al oscurecer, la luna se divisaba.
Se quedaron sorprendidos, … pues no sabíamos nada….
y en ese mismo momento quedamos en enseñarla………..la luna y la terraza.
Luego han pasado los años y con ellos mil batallas,
Buceos, copas y charlas
Conocimos al “Sebitas”, y a la “Conchi” …vaya panda
Y al cabo de tantos años y pensando en la distancia
Recuerdo esa tarde en Vera
Brillando el sol en la playa
Cuando de repente el viento me levantó la toalla.