Una conciencia social que busque identificar y abordar injusticias, desigualdades y problemas sistémicos, como el racismo, el sexismo o la discriminación, es humana, razonable y deseable.
Informarse sobre problemas sociales e históricos puede ayudar a una comprensión más profunda de las dinámicas de poder, desigualdad y privilegios, lo que puede permitir a la persona tomar decisiones más informadas y empáticas.
El compromiso con causas sociales proporciona una sensación de propósito y alineación con valores éticos, como la justicia y la equidad, y ello puede generar satisfacción personal y un sentido de contribución al bienestar colectivo.
La actitud «woke» puede conectar a la persona con comunidades que comparten sus valores, fomentando relaciones sociales y redes de apoyo y esa participación puede crear una sensación de pertenencia a un grupo que considera importante.
Ser percibido como «woke» puede otorgar credibilidad social o moral, especialmente en entornos donde la justicia social es valorada. Esto puede traducirse en sensación de respeto o influencia dentro de ciertos grupos.
Sin embargo, esa dedicación a otros, en ocasiones puede causar un efecto distinto al deseado y en vez de obtener un beneficio para los demás y/o para uno mismo, puede resultar en un perjuicio para los demás o para uno mismo. Una actitud inteligente, una actitud ingenua, una actitud estúpida y una actitud malvada pueden convivir con facilidad en una misma persona dependiendo de los resultados que obtenga.
Porque informarse no es lo mismo que aceptar la rigidez ideológica que rechaza otras perspectivas sin un análisis crítico, restringe la libertad y puede llevar a situaciones de estrés o ansiedad al percibir con agobio la imposibilidad de sostener el dogma aceptado como inamovible.
Porque la abundancia y evidencia de injusticias sociales puede producir agotamiento emocional y polarización cuando se quiere mostrar la conducta woke como persona virtuosa y empática, al tiempo que puede percibirse el escepticismo o incluso el rechazo de otros.
Carlo María Cipolla, escribió un famoso tratado de los efectos de la conducta humana en su relación con los demás, que queda simplificado en este sencillo eje de coordenadas, ofreciendo una clasificación del resultado beneficio/perjuicio propio y ajeno, que sería conveniente no perder de vista.
